El 23
de diciembre de 1847 se creó una cruz especial (condecoración)
para los mismo defensores y por acuerdo de 3 de marzo de 1884 se dispuso
que a los Niños Héroes se les siguiese pasando revista de
Comisarios como vivos, poniéndose en las listas del Colegio Militar
la nota de Muerto en defensa de la Patria. Esa disposición se ratificó
el 31 de Julio de 1926.
El 25 de marzo de 1947 el
general Juan Manuel Torrea y el entonces coronel Manuel de J. Solís,
de acuerdo con un plano y la versión verbal del general Manuel Plata,
que había sido subdirector de Colegio, descubrieron los restos de
los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec, en un
lugar próximo a los 4 hermosos sabinos llamados “Ahuehuetes de Miramón”.
El hallazgo se hizo con personal y fondo de la secretaría de la
Defensa Nacional de la Unión, se reconoció oficialmente
que esos restos pertenecen a quienes la tradición popular señala
con la desintegración simbólica de los Niños Héroes
de Chapultepec. Los restos se guardaron separadamente en la Sala de Banderas
del Colegio Militar, en urnas de cristal montadas en armazón de
plata maciza, hasta el 27 de septiembre de 1952, en que durante una solemne
ceremonia oficial, se depositaron en el Monumento a los Niños
Héroes -obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray
y del escultor Ernesto Tamariz-, al pie del cerro, donde culmina el Paseo
de la Reforma.
Varios poetas han cantado
la hazaña de los Niños Héroes, en especial Amado Nervo
(obras completas, 28 Vols. 1924-1928) :
Como renuevos
cuyos aliños
un viento helado
marchita en flor,
así cayeron
los Héroes Niños
ante las balas
del invasor.
La patria agradecida los recuerda
en las páginas de la historia y los Mexicanos le cantamos a la Patria
y a ellos en las estrofas del himno nacional:
"Para ti las guirnaldas de
oliva,
un recuerdo para ellos de
gloria,
un laurel para ti de victoria
y un sepulcro para ellos
de honor."
Fuente: Juan Manuel Torrea:
A
cien años de la epopeya (1947); Alberto María Carreño:
El Colegio Militar de Chapultepec 1847-1947 (2ª. ED. 1972)